Cómo Andrea y Camilo recuperaron su local en Quinta Camacho sin arruinar su relación ni su inversión
1/07/2025
El problema
“Jugaba con los dos, nos tenía enfrentados. Y lo peor, nos empezamos a pelear entre nosotros”.
Andrea y Camilo* llevaban dos años casados cuando decidieron comprar un pequeño local comercial en Quinta Camacho. Era una inversión modesta, pero significativa: un local de 30 metros cuadrados que prometía rentabilidad y un paso firme hacia su independencia financiera.
Arrendaron el local a un joven emprendedor que puso una barbería y aseguraba tener experiencia en el negocio. Al principio, todo marchó bien: pagos puntuales, movimiento constante. Pero a los ocho meses, algo cambió.
Los pagos comenzaron a atrasarse. Primero una semana. Luego, un mes. Después ya ni contestaba. Cada vez que Andrea pasaba frente al local, veía clientes, pero cuando le preguntaban al arrendatario por el arriendo, decía que “todo estaba arreglado con Camilo”. Cuando Camilo intentaba contactarlo, él aseguraba que había hablado con Andrea.
Llegaron a discutir si valía la pena seguir con la inversión. Andrea incluso planteó vender el local. Pero algo dentro de ambos decía que no podían rendirse. No sin pelear con inteligencia. Fue entonces cuando encontraron a Mile Legal.
La solución
“Fue como apagar un incendio sin tener que tocar la manguera”, bromea Camilo. “Nos sentimos protegidos en todo momento.”
Desde el primer contacto, se sintieron respaldados. “Nos preguntaron más sobre cómo nos sentíamos que sobre cuánto valía el local”, recuerda Andrea. En menos de tres días, el equipo activó el Plan de Desalojo Premium. Revisaron el contrato de arrendamiento y todas las comunicaciones que la pareja había tenido con el arrendatario, desde mensajes de WhatsApp hasta correos electrónicos.
Como era un local comercial, la urgencia era aún mayor. Cada mes sin renta era un golpe directo a sus finanzas. Mile Legal organizó una conciliación privada con un abogado experto en locales arrendados. El inquilino, fiel a su estilo, no se presentó. Pero eso solo aceleró el siguiente paso.
En paralelo, el equipo jurídico de Mile recopiló todas las pruebas de incumplimiento y redactó una demanda con su protocolo infalible. Cada notificación legal fue enviada directamente por el bufete, evitando que Andrea y Camilo tuvieran más confrontaciones.
El resultado
“No solo recuperamos el local. Volvimos a confiar en nuestro proyecto. Y en nosotros”.
A los seis meses, el juez ordenó el desalojo. La diligencia fue limpia. Sin escenas. El inquilino se fue sin oponer resistencia, al ver que ya no había por dónde evadir el proceso. El local estaba sucio, con mobiliario abandonado y restos de obra sin terminar. Pero estaba vacío. Y, sobre todo, era nuevamente suyo.
Mile Legal no terminó ahí. Los ayudaron a hacer un inventario de daños, les gestionaron un nuevo contrato de arrendamiento más robusto y, lo más valioso para Andrea: les devolvieron la confianza como pareja inversionista.
“Pensamos que esto iba a arruinarnos. Pero Mile convirtió el caos en estructura. Ahora sí podemos volver a crecer.”
*Nombres modificados para proteger la privacidad de los clientes. Las imágenes son representativas de los hechos acontecidos.