Cómo Laura recuperó su apartamento en Rosales sin perder la cabeza
24/06/2025
El problema
“No podía viajar cada semana para enfrentarme con él y tampoco tenía la energía para lidiar con abogados que no respondían o procesos que se extendían por años”
Durante casi un año, Laura* vivió con ansiedad constante. Después de mudarse temporalmente a Medellín por motivos laborales, arrendó su apartamento en Rosales, una zona tranquila en el norte de Bogotá. Al principio, todo parecía ir bien. Pero al cabo de unos meses, los pagos comenzaron a retrasarse.
Primero fueron excusas. Luego, silencio. Y finalmente, agresividad. El inquilino dejó de contestar llamadas, ignoró los correos y, lo peor, seguía viviendo en el apartamento como si fuera suyo. Laura, desde otra ciudad, se sentía impotente.
Intentó conciliaciones por su cuenta, pero nunca se presentaron. Los vecinos le enviaban fotos: música a todo volumen, visitas frecuentes, basura acumulada. El temor creció. “Sentía que estaba perdiendo mi patrimonio. Me daba miedo que terminara ocupando el lugar o que causara daños irreparables”.
Fue entonces cuando conoció a Mile Legal.
La solución
“No tuve que perseguir documentos ni escribir cartas. Ellos se encargaron de todo”
Desde la primera llamada, Laura sintió un cambio. “No me hablaron en abogado. Me explicaron con claridad, paso a paso, lo que iba a pasar. Sin falsas promesas. Solo certezas y estrategia”.
El equipo legal de Mile activó su Plan Premium. En menos de 72 horas, realizaron una auditoría completa de su caso: contrato, comunicaciones, historial de pagos. Prepararon una conciliación privada con respaldo legal y, cuando el inquilino no acudió, activaron el protocolo de recopilación de pruebas.
En paralelo, Laura recibió acceso al canal de Concierge VIP: cada semana sabía el estatus exacto del proceso sin tener que preguntar. “Pasé de estar en la oscuridad total a tener control completo. Me devolvieron la calma”.
Cuando llegó el momento de la demanda, el equipo usó un formato infalible, validado en más de 100 casos. Todo el contacto con el inquilino fue asumido por los abogados, protegiéndola emocionalmente. “No recibí un solo mensaje más de él. Fue un alivio total”.
El resultado
“Lloré, pero de alivio. Sentí que volvía a respirar”
Seis meses después, Laura volvió a Bogotá para asistir al desalojo con apoyo del juez y la policía. El apartamento tenía manchas de humedad, una ventana rota y rayones en las paredes, pero estaba nuevamente en sus manos.
El equipo de Mile la acompañó incluso después del desalojo: elaboraron el análisis de daños, iniciaron el cobro de rentas vencidas y le entregaron un nuevo contrato blindado para futuros arrendatarios. Hoy, su apartamento ya está rentado nuevamente. Y esta vez, con tranquilidad.
“Yo no quería un abogado. Quería recuperar mi vida. Mile Legal me devolvió ambas cosas.”
*Nombre cambiado para proteger la privacidad de la cliente. Las imágenes son representativas de los hechos acontecidos.