Cómo Mauricio recuperó su casa en Pasadena y su tranquilidad, después de meses de desgaste emocional
8/07/2025
El problema
“Me decían que no tenían a dónde ir, pero mientras tanto vivían en mi casa, gratis, y yo seguía pagando impuestos y administración”.
Mauricio* compró una casa de dos pisos en Pasadena como inversión. Con 58 años y una vida de trabajo en el sector público, su plan era simple: arrendar la propiedad, obtener ingresos estables y asegurar su jubilación.
Al principio, la familia que se la arrendó parecía perfecta. Padres con dos hijos pequeños, siempre atentos. Durante el primer año todo fluyó. Pero después empezaron los retrasos. Primero excusas: que el colegio, que un despido, que un préstamo en camino. Luego, meses enteros sin pago.
Mauricio intentó hablar con ellos muchas veces. Incluso les ofreció acuerdos flexibles. Pero la respuesta fue siempre evasiva, hasta que finalmente dejaron de contestar.
Con el paso del tiempo, la situación se volvió insostenible. Él mismo comenzó a enfermarse del estrés. “Ya no dormía bien. Me sentía culpable, pero también enojado. Estaba atrapado. Había intentado tres abogados, y todos me decían lo mismo: que esto podría tomar años”.
Hasta que un conocido le habló de Mile Legal.
La solución
“La familia no quiso llegar a un acuerdo, pero al menos cumplimos con el requisito legal sin perder tres meses esperando cita”.
La experiencia fue distinta desde el primer contacto. “Me hablaron claro. No me prometieron milagros, pero me explicaron cómo evitar más demoras y desgastes”. En menos de 72 horas, el equipo legal activó el plan de desalojo premium: revisaron el contrato, el historial de pagos, y comenzaron a armar el caso.
Mauricio no tuvo que ir a conciliaciones eternas ni llamar a centros gubernamentales. Mile organizó una conciliación express privada, con abogado negociador.
Luego vino la parte más dura: la demanda. Mauricio temía represalias, pero el equipo lo protegió completamente. Redactaron la demanda sin que él tuviera que enfrentarse de nuevo a la familia, y toda la comunicación fue asumida por los abogados. “No me tocó mandar ni un solo correo. Ni una llamada. Me devolvieron mi paz”.
Cada dos semanas, su concierge le enviaba actualizaciones. Y aunque el proceso tomó casi siete meses, se sintió acompañado en todo momento. “No fue fácil, pero no me sentí solo ni un solo día”.
El resultado
“No hubo gritos. No hubo escenas. Todo fue profesional”.
Finalmente, el juez falló a su favor y ordenó el desalojo después de 8 meses. Mauricio asistió acompañado de un representante legal. La familia salió sin confrontaciones.
La casa estaba deteriorada, pero Mile ya tenía listo el siguiente paso: iniciaron el proceso por daños y cálculo de rentas vencidas. Además, le entregaron un nuevo contrato reforzado para futuros arrendamientos, junto con una guía para evitar arrendatarios de alto riesgo.
Hoy, Mauricio tiene nuevamente su casa disponible y la tranquilidad que había perdido hace años. “Ya no vivo con miedo. Y no tengo que volver a repetir esta historia”.
“Pensé que iba a perderlo todo: la casa, mi salud, mi inversión. Pero con Mile, no solo la recuperé. La protegí para siempre.”
*Nombre modificado para proteger la privacidad del cliente. Las imágenes son representativas de los hechos acontecidos.