Cómo Andrés obtuvo la custodia total de sus hijos en Cartagena, cuando su ex pareja decidió irse del país sin mirar atrás
10/07/2025
El problema
“Dijo que era su derecho como madre. Que los niños estarían mejor allá. Pero ni siquiera me preguntó qué pensaba yo. Ni qué querían ellos.”
Andrés vivía en Cartagena, en el barrio Manga. Trabajaba como asesor comercial y compartía la custodia informal de sus gemelos: Mateo (10) y Matías (9). Aunque la relación con su ex pareja, Laura, no era perfecta, habían logrado cierto equilibrio: ella se encargaba de los niños entre semana, él los recibía los fines de semana y durante vacaciones.
Hasta que un día todo cambió.
Laura le dijo que se iría del país con su nueva pareja. A España. De forma permanente. El plan incluía llevarse a los niños.
“No me lo dijo para discutirlo. Me lo dijo como un hecho consumado”, recuerda Andrés. “Dijo que era su derecho como madre. Que los niños estarían mejor allá. Pero ni siquiera me preguntó qué pensaba yo. Ni qué querían ellos.”
Tomás y Matías no querían irse. Tenían su colegio, sus amigos, su familia paterna. Andrés sintió que estaba a punto de perderlos… por completo.
La solución
"Me prepararon la la batalla más importante, mi vida con mis hijos estaba en riesgo, no dejaron nada al azar para lograr que mis hijos se quedaran conmigo"
Un amigo le habló del equipo legal de Mile, que podía ayudarlo desde Cartagena a través de un proceso 100% digital. Andrés no quería pelear, pero sabía que si no actuaba rápido, sus hijos estarían en otro continente antes de que la ley pudiera intervenir.
En 48 horas ya tenía una estrategia jurídica clara. El equipo legal presentó pruebas contundentes: arraigo de los niños, vínculos escolares y sociales, declaraciones de los propios menores y antecedentes de decisiones unilaterales por parte de la madre.
Además, gestionaron una audiencia de conciliación privada urgente, donde Laura fue citada legalmente antes de salir del país. El equipo preparó a Andrés para enfrentar la conversación más difícil de su vida, sin perder la calma ni la dignidad.
Laura intentó negociar visitas virtuales y permisos internacionales. Pero los abogados de Andrés demostraron que lo que estaba en juego no era una visita más, sino la estabilidad emocional de dos niños.
El resultado
"No se si hubiera podido soportar ver a mis hijos por videollamada todos los días, pero después de un proceso razonable y tranquilo, pudimos obtener la sentencia a favor"
A los 10 meses de iniciado el proceso, el juez otorgó a Andrés la custodia total y permanente de Tomás y Matías. La decisión se sustentó en la voluntad de los menores, el riesgo de desarraigo y la falta de garantías reales por parte de la madre para mantener el vínculo con su padre desde el exterior.
Andrés reorganizó su vida. Adaptó su horario laboral. Se mudó cerca del colegio. Empezaron a cocinar juntos, ver películas los viernes y planear viajes por carretera los fines de semana. Hoy, Tomás ya piensa en la universidad y Matías en aprender guitarra. Ambos lo llaman “papá” con una tranquilidad que antes no conocían.
“Mile no solo me ayudó a ganar un proceso legal. Me ayudó a quedarme con lo más importante: la oportunidad de ver a mis hijos crecer en mi país, cerca de mí, sin resentimientos ni rupturas. Fue la batalla más grande de mi vida. Y la gané.”
*Nombre modificado para proteger la identidad del cliente y sus hijos. Las imágenes son representativas de los hechos acontecidos.